¿Un juego de idiotas? Tal vez, pero era nuestro juego..

-Y tú, ¿me has dicho te quiero últimamente?

+No desde hace 100 años. Tampoco te he dicho ornitorrinco últimamente, y creo que hay que subsanar ese olvido... Ornitorrinco.

-... Ornitorrinco..

No, no digas nada. Yo hablaré. ¿Me has echado de menos? Porque yo a ti mucho. Eres un verdadero tirano, ¿sabes? Me cuesta estar enfadada contigo, pero esta te la guardo. No te hagas ilusiones.

Me gustaría hablar pasando del juego... por una vez.

¿Te gusta mi vestido? Se lo he birlado a mi hermana. Tenía este o otro rojo tipo bomba nuclear o algo así... Debí ponerme ese... lo sé. He debido pasarme más o menos tres horas frente al espejo. Pero ha merecido la pena, ¡estoy guapa! Y espero gustarte si no te meto un tortazo.

¡Espera! Shhhh... Por donde iba... El problema es que si me dijeras "me encantas" no podría creérmelo. Julian, ya no se cuando es un juego y cuando es verdad. Estoy perdida. ¡Espera, espera! No he terminado. Dime que me quieres. Dímelo porque yo jamás me atreveré a decírtelo primero.

Me daría miedo que pensaras que es un juego... Sálvame, te lo suplico.

- ¿Me esperarás?
+¿Es un reto?
- No.
+Ya lo veremos...

Lo que siempre pasa, la vida

Si Tom había aprendido algo, es que no se puede atribuir una importancia cósmica a un simple acontecimiento terrenal. ¿Casualidad? A eso se reduce todo, nada más que casualidad. Tom por fin había aprendido que no existen los milagros, que no existe el destino, que nada esta predestinado. Lo sabía. Ahora estaba seguro de ello.

 

 

 

+¿Que ocurrió? ¿Por qué no funcionó?

-Ya sabes, lo que siempre pasa, la vida..

¿Por qué me buscaste? Tú, que tienes todo encontrado.

¿Qué te he enseñado? Tú, que lo tienes todo aprendido.